sábado, 8 de septiembre de 2012

run run uñando...

Hace seis meses mi amigo Francisco me ofreció su casa, mientras que yo encontraba un trabajo estable en la ciudad. Francisco realmente era mi mejor amigo, mi parcero del alma, un verdadero cómplice. Lo recuerdo como un hombre que me lo brindo todo desinteresadamente, con un desprendimiento infinito.Los primeros días que habite su casa sentía un poco de vergüenza. No estaba acostumbrado a que me mantuvieran, porque siempre me considere un hombre independiente. Pero la necesidad es mas fuerte que la vergüenza. Ahora siento una pena grandisima con el por lo que ocurrió. A la semana de estar en su casa, empece a escuchar unos pequeños ruidos. Eran extraños y fastidiosos.Yo diría que eran generados por un animal horroroso. Creería que eran generados por una rata gigante. Diría que con sus uñas afiladas y negras , se rastrillaba sobre una superficie áspera como queriendo escapar de una trampa. Al principio no sentí mucho temor, porque pensé que el ruido era casual. Pero al escucharlo durante una semana entera, empece a preocuparme. Desde niño le temía a las ratas. Recuerdo que cuando tenia 6 años de edad una rata intento atacarme. Trato de morderme el pie, pero afortunadamente tenia unas chanclas de mi padre que me quedaban muy grandes, y en vez de morder la carne, mordió el cuero de la chancla. Desde ahí empezó mi pavor a las ratas. A las dos semanas de escuchar tan fastidioso ruido, le comente a mi amigo francisco sobre este. El al principio se burlo de mis temores, argumentando que lo mas probable es que fuera una pequeña ranita que con su croquiar trataba de acercarse a mi cama para que le diera calor. Carlitos, su pequeño hijo, de apenas 7 años de edad comento que el había escuchado el ruido un par de veces, pero que después el ruido desapareció para siempre. Esto me pareció extraño del niño, porque yo todavía seguía escuchando el ruido. A la tercera semana de escuchar el ruido cada noche, lo empece a sentir mas agudo, mas áspero, mas tétrico. Empece a dejar de dormir. Me imaginaba miles de cosas. Creía que aquella supuesta rata se acercaría a mi cuarto,y que con sus dientes afilados desgarraría todo mi rostro mientras estuviera dormido. Incluso me la imaginaba como un perro negro desesperado por lanzarse a mi cuello. A la cuarta semana le comente a mi amigo todo lo que sentía e imaginaba. El me comento que ya había mandado a revisar el jardín de la casa, pero que no encontraron ningún animal extraño . Incluso me comento de que tal ruido ya no existía desde que yo le comente la primera vez sobre el mismo.Yo no quede muy tranquilo. Me fui a dormir con el temor de volver a escuchar el ruido , que cada noche lo escuchaba mas cerca a mi cuarto.Precisamente hace ocho días , en el cuarto, empece a escuchar un ruido agudo y frío, mas frío que todos los anteriores. Sentía escalofríos, y para evitar un colapso nervioso tome unas pequeñas pastillas que supuestamente me tranquilizaban. El pánico casi se apoderaba de mi cuerpo. Sin embargo gracias a las pastillas, con su efecto caí en un profundo sueño. Pero no fue un sueño de color rosado, sino un sueño negro, negro como la rata que me acechaba por la noche. Digo que me acechaba , porque así lo sentía y lo imaginaba.Recuerdo que en el sueño, de un momento a otro, apareció una manta negra y enorme. Era como una manta que quería cubrir todo el plano del sueño. Pero que horrible sorpresa cuando esa manta enorme se fue transformando en una rata, la misma que yo creía, estaba cerca de mi cuarto. En el mundo onírico me sentía desfallecer, sentía que todo el aliento me faltaba. Quería gritar , pero todo era en vano, porque en el sueño estaba solo, y los gritos que salían de mi garganta eran apocados por el ruido de las uñas de la rata que se rastrillaban en un suelo áspero, el suelo de mi sueño. Sentí un ruido en el cuarto, el cual me despertó al instante. Descanse al saber que era una pesadilla. Pero que sorpresa tan espantosa cuando vi acercarse hacia la cama un objeto que al principio lo vi como en un manto de niebla. Todavía estaba medio dormido, y al ver que algo se acercaba a mi, me llene de terror, porque al instante supuse que era aquella maldita rata, la misma del sueño, la misma del ruido. Era como si este bicho pasara de mi sueño a la realidad. Busque debajo de mi almohada un cuchillo. Tenia guardado un cuchillo muy filoso, porque pensé que lo necesitaría para matar aquella rata en caso de que me atacara. La supuesta rata se acercaba a mi como si buscara algo debajo de la cama. Mis manos temblaban, y sin pensarlo dos veces me abalance sobre ella, y empece a acuchillarla. Creo que alcance a dar mas de 20 cuchilladas,y recuerdo como un liquido negro o rojo se derramaba por mis manos asesinas;En medio del calor de la lucha me sentía embotado,como sin conciencia. El mundo exterior era una niebla para mi; todo se mezclaba en mi ser. El silencio, el ruido,el sonido de los carros, los gritos o aullidos de la rata,los gritos de mi amigo y de su mujer al ver como atacaba el causante de mis delirios y miedos. Todo esto era una mezcla informe que se agolpaba en mi interior. Lo ultimo que recuerdo es un golpe en mi cabeza, como si hubieran tomado un bate de béisbol, y mi cabeza fuera una pelota que al golpearla hubieran hecho un how run. Siento gran pena de mi amigo Fernando, siento gran dolor por lo que ocurrió. Mañana me condenan a muerte por haber intentado matar una rata irreal. Una rata que para el resto del mundo no existe, pero si para mi. Que horrible es saber que aquella supuesta rata no era otra cosa que el hijo de mi mejor amigo, que al perder una pelotica en mi cuarto entro a buscarla sigilosamente.....que escucho, que escucho...maldita sea...¿sera el ruido de aquella maldita rata que se burla de mi desgracia?, o serán mis verdugos que se acercan......

No hay comentarios:

Publicar un comentario