martes, 15 de enero de 2013

ELLOS Y EL OTRO

Ella estaba sentada en un banquillo del parque. Por el brillo de sus ojos, parecía que esperaba al amor de su vida. El se acerco , le tomo la mano. Ella quedo estupefacta, como confundida en el vació azul de lo inesperado. Ahora sus ojos brillaban como la nieve de madrugada. En su corazón latía su pasado, un pasado que se le agolpo encima como un caballo color azabache. El la miro fijamente, respiro profundo, aspiro hasta quedar concentrado como un buda. Ella observaba como sus ojos no parpadeaban, como sus ojos estáticos se ahogaban en un delirio, en la locura de un amor que nunca fue, como si de un búho se tratara. Ellos vistos desde arriba, parecían dos estatuas que revestían amor, dolor y frenesí. Ella sentía en su mano el sudor de El, su palpitar. Ni una palabra salia de El, ni un fonema de ella. Todo era un silencio pétreo, como el de la muerte. El tiempo quedo estático, todo era una especie de eternidad trágica. Vistos desde el aire, quizás ya habían pasado 2 minutos, vistos desde sus corazones , una eternidad. El rostro de El palidecía, el de Ella era blanco como la luz de las palomas en vuelo primaveral. La estaticidad de sus cuerpos era totalmente opuesta a la de sus corazones. Ella quiso decirle algo; El no quería decir nada con palabras de ruido, pero con su mirada de silencio , decirlo todo, hasta lo que no es posible expresar con el mas profundo ritmo poético. Parecía una escena de teatro sin movimiento, hasta que unas palomas casi negras pasaron cerca de ellos y disolvió el silencio. Visto desde el aire , el cuerpo de El se derrumbo como cuando el agua de rió se desborda en un bosque solitario. Ella no reacciono de inmediato.Se Derramo una lagrima tenue por sus mejillas delicadas, cubiertas por el polvo de la vanidad, al comprender que El no respiraba, que sus signos vitales se esfumaban en el corazón multiforme de la muerte. Ella sentía una pena infinita, quería pedirle perdón, pero ya era inútil. El corazón de El ya no palpitaba en este mundo terreno,aunque parecía palpitar en una eternidad desconocida para Ella. Sobre la mano de Ella , visto desde arriba, un objeto blanco aparecía al ritmo "del abrir de sus dedos", tiesos por el espanto. Visto desde los ojos de Ella , era un pañuelo, con el cual El siempre la recordaba. Ella lo abrió lentamente, con un miedo terrible, un miedo que jamas había experimentado en su vida.Con letras de sangre, con la sangre de El, con una sangre fresca, con la que eligió escribirle antes de tomar la decisión de morir en sus brazos conteniendo la respiración, como si fuera un buda suicida, se leía desde el aire, desde los ojos de ella, desde los ojos de El, que lloraban en otra dimensión:"TE ODIO, DESDE QUE TOMASTE LA DECISIÓN DE IRTE CON EL QUE CONSIDERE MI MEJOR AMIGO". Visto desde el aire, todo era una tragedia, parecida al de la vida cotidiana, visto desde Ella todo era perdición, visto desde El, todo era olvido, visto desde el OTRO, todo era ignorancia,si, el OTRO apenas estaba llegando al banquillo del parque.

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